La poda es una práctica fundamental en el cuidado de los árboles de fruto en vaso. Esta técnica consiste en eliminar ramas y hojas de la planta con el objetivo de mejorar su crecimiento, su salud y su producción. Sin embargo, no todas las ramas se pueden podar de la misma manera y en el mismo momento. Por ello, en este artículo vamos a explicar cómo podar adecuadamente los árboles de fruto en vaso.
Antes de comenzar con la poda, es importante conocer algunos conceptos básicos. El árbol en vaso es una forma de cultivo que consiste en dejar una estructura de ramas principales en forma de "V", de la que parten ramas secundarias y terciarias que sostienen los frutos. Es una técnica muy utilizada en la producción de frutos como melocotones, nectarinas, cerezas, ciruelas y albaricoques, por ejemplo.
La poda se realiza principalmente para dos objetivos: controlar el tamaño de la planta y equilibrar su producción. Por un lado, la poda permite a los árboles de fruto en vaso crecer de forma adecuada y sin obstáculos que afecten a su desarrollo. Por otro lado, la poda también contribuye a que haya una distribución adecuada de la energía entre las ramas y que así se produzcan frutos de calidad y en cantidad.
A continuación, vamos a explicar las diferentes ramas que se pueden encontrar en los árboles de fruto en vaso y cómo podarlas adecuadamente.
1. Ramas principales: son las ramas que sostienen el árbol y crean la estructura en forma de "V". Estas ramas no se deben podar, salvo en caso de que alguna de ellas esté dañada o enferma. En ese caso, se debería eliminar una rama secundaria o terciaria que pueda sustituirla.
2. Ramas secundarias: son las ramas que nacen de las principales y que sostienen a su vez las ramas terciarias. Si una rama secundaria es muy larga, es conveniente podarla hasta la altura necesaria para que no obstaculice el crecimiento de otras ramas. Además, se recomienda eliminar todas aquellas ramas secundarias que se dirijan hacia el centro del árbol, ya que dificultan la ventilación y la entrada de luz solar.
3. Ramas terciarias: son las ramas que sostienen los frutos y nacen de las secundarias. Estas ramas deben podarse en función del tipo de fruto que se esté cultivando. Por ejemplo, en el caso de los melocotones y las nectarinas, se recomienda podar cada rama terciaria dejando sólo dos yemas, de modo que se formen dos ramas nuevas que sostengan los frutos al año siguiente. En cambio, en el caso de las ciruelas, se puede dejar una rama terciaria por cada fruto que se quiera obtener.
Además, también es importante tener en cuenta cuándo realizar la poda. La poda se debe realizar en el momento adecuado, ya que si se hace en un momento inadecuado la planta puede sufrir daños e incluso enfermar. Generalmente, se aconseja podar los árboles de fruto en vaso en invierno, cuando el árbol está en reposo. Sin embargo, también se pueden realizar podas de saneamiento en cualquier momento del año, especialmente si se detecta alguna rama enferma o dañada.
Por último, aunque la poda es una práctica fundamental en el cuidado de los árboles de fruto en vaso, es importante no abusar de ella. La poda excesiva puede dañar seriamente la planta e incluso reducir su producción. Por ello, se recomienda realizar la poda de forma moderada y siempre teniendo en cuenta las características de cada árbol y de cada tipo de fruto.
En resumen, la poda adecuada de los árboles de fruto en vaso es un proceso fundamental para garantizar su crecimiento, su salud y su producción. A través de la eliminación selectiva de ramas y hojas es posible conseguir una distribución adecuada de la energía entre las ramas y una entrada óptima de la luz solar y el aire. Además, es importante realizar la poda en el momento adecuado y con moderación para evitar dañar la planta y reducir su producción. En definitiva, la poda es una técnica fundamental en el cuidado de los árboles de fruto en vaso que puede contribuir de forma significativa a obtener frutos de calidad y en cantidad.