La preparación del terreno es un paso esencial para asegurar que las plantas puedan crecer y prosperar en un jardín. Pero cuando se trata de zonas secas, este proceso puede resultar un poco más desafiante. Afortunadamente, hay varios pasos que puedes seguir para preparar correctamente el terreno para plantar en zonas secas.
Antes de empezar a trabajar en el terreno, es importante evaluar las condiciones del suelo. En zonas secas el suelo puede estar compactado y tener poca materia orgánica. Puedes hacer una prueba haciendo un agujero de un pie de profundidad en el suelo. Si es difícil hacer el agujero, eso significa que el suelo está muy compactado. Para solucionar esto, puedes utilizar una herramienta como una horca para aflojar el suelo sin dañar las raíces existentes.
Después de aflojar el suelo, es importante añadir materia orgánica, como compost o abono, para mejorar la estructura del suelo y añadir nutrientes a las plantas. Para mezclar bien la materia orgánica en el suelo, utiliza una pala o una horca para remover la tierra hasta una profundidad de al menos seis pulgadas.
Una vez que hayas mejorado la estructura del suelo, añade una capa de cobertura de suelo para ayudar a retener la humedad y reducir la evaporación. Puedes utilizar mantillo de corteza, paja, hojas, astillas de madera o cualquier otro tipo de material orgánico para cubrir el suelo. La capa debe tener al menos una pulgada de grosor, y deberías vigilarla para asegurarte de que no se seque. Añade más material según sea necesario si la capa de cobertura se empieza a ver delgada.
La técnica de jardinería de xeriscaping es una opción popular para jardines en zonas secas. Esta técnica se basa en crear un paisaje que necesite menos agua y menos mantención de lo que se requiere en un jardín tradicional. Puedes considerar reemplazar el césped por plantas nativas y resistentes que no necesiten tanta agua para sobrevivir. Si decides utilizar xeriscaping, aplica los mismos pasos de preparación del terreno que si plantaras en un jardín tradicional, pero enfócate más en añadir materia orgánica y cobertura de suelo.
Una vez que has preparado el terreno, es importante regar las plantas de la manera correcta. En zonas secas, es preferible regar profundamente y con poca frecuencia. Esto ayuda a que las raíces crezcan más profundamente en el suelo para buscar agua y nutrientes.
Una manera de asegurarte de que estás regando las plantas en la cantidad adecuada es utilizar un medidor de humedad del suelo para evaluar la humedad en la tierra. También es recomendable regar en las primeras horas de la mañana o en las últimas horas de la tarde para reducir la pérdida de agua por evaporación.
Preparar el terreno para plantar en zonas secas puede parecer un proceso complejo, pero siguiendo estos pasos podrás asegurarte de que las plantas crezcan y prosperen en tu jardín. Desde evaluar y preparar el suelo existente, hasta añadir cobertura de suelo y regar las plantas apropiadamente, seguir estos pasos te ayudará a cultivar un jardín vibrante y resistente en una zona seca.